Solomillo al whisky sevilla
Shima es una joya oculta, literalmente, situada en un sótano de un anodino edificio de oficinas en el barrio de Nihonbashi, en Tokio. El chef Manabu Oshima utiliza filete de primera calidad marmoleado de su ciudad natal, Kioto, que él mismo envejece y luego cocina sobre binchotan -carbón blanco japonés-.
Filete de 150g (¥15,000 o $150 USD). Las opciones de filete eran o bien filete o solomillo en tamaños de 150 g (1/3 de libra). No hay muchos platos complejos en el menú, lo cual es un testimonio de la naturaleza minimalista de todo.
Y ahora viene lo MEJOR: los sándwiches de carne para llevar que te dan al final de la comida. El sándwich está hecho con unas encantadoras y gruesas tostadas japonesas, jugosas, tiernas y llenas de sabores. Sencillamente, ¡algo fuera de este mundo!
Obsesionados con comer la comida cuando está recién hecha y todavía caliente, mi marido (¡el más gordo!) y yo nos lo zampamos todo en cuanto salimos del restaurante. Comer un sándwich de carne de primera calidad mientras desafiamos el frío primaveral en la noche de Tokio es una primicia incluso para una aficionada a la comida como yo:) ¡aún así no cambiaría esta experiencia por nada!
Solomillo al whisky
Receta de Cerdo en Salsa de Whisky llamada Solomillo Al Whisky en español. Este es un plato muy popular, especialmente en la zona de Sevilla, donde a menudo se encuentra servido sobre solomillo, o solomillo de cerdo, también se puede probar con camarones, pollo, o incluso como una rica salsa para el puré de patatas.
Hay muchas variantes de esta receta, algunas con más ingredientes, pero ésta es muy sencilla y fácil con el whisky, no es necesario usar el más caro, pero tampoco intente que sea el whisky más barato del mercado.
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Receta de solomillo de ternera
La capital andaluza es el epicentro indiscutible de las tapas y la cultura del tapeo. Aquí tendrá mucho donde elegir, desde simples jamones y quesos hasta modernas variaciones de viejos clásicos. En Sevilla, el cerdo es el rey, y con platos como el solomillo al whisky (solomillo de cerdo en salsa de whisky con mucho ajo y una pizca de limón) y la carrillada (carrilleras de cerdo cocinadas a fuego lento, normalmente en salsa de vino tinto con cebolla, ajo y zanahoria), puede ver por qué.
También son habituales los platos de pescado y marisco, que aprovechan la pesca fresca de los puertos cercanos. Tapas como la pavia de bacalao (bacalao ligeramente rebozado y frito), y la cola de toro (un guiso de rabo de toro estofado, normalmente con hueso), muestran los sabores locales de forma excelente. Dado que Andalucía tiene fama de ser la cuna de las tapas, otras ciudades de la región ofrecen sus propias especialidades locales. Córdoba y Granada, por ejemplo, presumen de platos locales inventivos que parecen encajar con la zona, el ambiente y sus gentes.
La pringá es un plato muy popular en Andalucía. Una mezcla de carnes -cerdo, chorizo, morcilla, ternera y pollo- se cuece a fuego lento durante horas hasta que se deshace en la boca. El Montadito es un pequeño panecillo del tamaño de una tapa, hecho con una vuelta de tuerca, para dar una corteza crujiente a la Pringa. El bonito y fresco pan que se hace absorbe los deliciosos sabores y jugos de las carnes. En la Bodeguita Romero, esto es más que un simple bocadillo de carne, es una granada de sabor que vale la pena buscar.
Cerdo de Solomillo
Inspirados en el famoso fish and chips inglés, estos pescaditos se fríen en una masa dorada y se comen en un cucurucho de papel, como en el Reino Unido. Crujientes por fuera y blandos por dentro, son deliciosos con mucha sal y un chorrito de limón.
El refrán dice “de gazpacho, no hay empacho”, lo que significa que “nunca se tiene demasiado de algo bueno”. Esta refrescante sopa fría es una mezcla de tomates y verduras frescas con un toque de vinagre. Servida en un recipiente hondo o directamente en el vaso, es la forma perfecta de refrescarse.
Como lo hacía la abuela, nada pone a los sevillanos más nostálgicos que el olor de estos buñuelos de temporada. Doblados con cariño y fritos a la perfección, son una sinfonía de sabores almibarados: anís, vino blanco dulce y azúcar. Algunos se rocían con miel caliente y pegajosa o se espolvorean con canela, mientras que otros se enrollan en semillas de sésamo; todo depende de la receta familiar.
La receta de este dulce, que se inventó para aprovechar las sobras de pan, ha permanecido inalterada durante siglos. Elaboradas con pan de un día empapado en leche o vino y recubierto de huevo dorado, las tostadas españolas se parecen mucho a su equivalente francés. Recubiertas de canela o de jarabe de especias, un bocado revela un centro celestial, como un flan espeso y dulce.