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Juan José Cuadros Pérez (Palencia, 9 de octubre de 1926 – Madrid, 27 de mayo de 1990) fue un escritor español de poesía y prosa. Su padre, Juan José Cuadros, era natural de Beas de Segura (Jaén), que, en la década de 1920 conoció y se casó con Josefa Pérez Palencia. Juan José era el mayor de cuatro hijos.
Es a partir de 1945 cuando parte a Madrid y comienza a estudiar ciencias en la Facultad de Ciencias, luego tuvo que dejar los estudios, presentándose como opositor al Cuerpo de Topógrafos y sacando plaza en el Instituto Geográfico Nacional, instalándose finalmente a vivir en la capital, compaginando su trabajo de topógrafo con su afición a la prosa y la poesía. En Madrid conoció a Maruja Fernández de Ayala, farmacéutica, con quien se casó y del matrimonio nació la única hija, Almudena. Gracias a la labor de su esposa, conoce a otros poetas relacionados con la rama de la farmacia, como es el caso de Federico Muelas y posteriormente a Rafael Palma, organizando en sus respectivas reboticas tertulias a las que asistieron entre otros José García Nieto, Santiago Ammón, Ramón Garciasol etc.[2].
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De vez en cuando, uno se topa con un pueblo aislado, remoto, fuera de los caminos trillados, con un encanto sorprendente y activos poco conocidos. Hornos del Segura es uno de esos lugares. Hornos le recibirá con los brazos abiertos y le llevará a las estrellas
Al pequeño pueblo serrano de Hornos sólo se puede acceder desde el norte o el sur. Desde cualquiera de las dos direcciones, la primera visión de este pueblo, asentado en lo alto de un pináculo de piedra caliza, dominado por su castillo, es impresionante.
Hornos se encuentra en la Sierra Segura, la parte norte del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, en la provincia de Jaén. El pueblo domina el extremo superior del valle del río Guadalquivir, ahora inundado por el embalse del Tranco de Beas. La historia del pueblo es típica de esta zona.
Los primeros indicios de habitabilidad se remontan al Neolítico, existiendo una necrópolis datada en el 4830 a.C. En los siglos siguientes, la población de la zona recibió la influencia de la sociedad argárica, los tartesios, la tribu de los bastetanos y los romanos. Hay indicios de un asentamiento ibérico en la parte sur de Hornos, que posteriormente fue construido por los romanos.Durante la ocupación musulmana, la ciudad se amplió y obtuvo una torre y una muralla. Sin embargo, durante el avance del ejército cristiano en el siglo XIII, Hornos fue tomada en 1239 por las tropas de la Orden de Santiago y pasó a formar parte de la enorme Encomienda de Segura que controlaban.La torre y las murallas se reforzaron durante el siglo XIV para proteger a los habitantes de Hornos de las incursiones de los territorios cercanos aún ocupados por los musulmanes. El aumento gradual de la población, que alcanzó su punto máximo en el siglo XIX, no consiguió destruir el encanto medieval de la antigua ciudad, un laberinto de calles estrechas y callejones, muchos de ellos adornados con flores. En la actualidad, la población no llega a los 700 habitantes.
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Se dice que la unión hace la fuerza. Y esta idea es el fundamento principal del movimiento cooperativo. Olivar de Segura se fundó en 1989, como una empresa cooperativa que ha reunido a más de 4.500 familias de pequeños agricultores. Su funcionamiento deriva de la necesidad de colaborar entre ellos para acceder a un beneficio común, construyendo los recursos compartidos y mejorando la situación de las miles de personas que participan en este proyecto.
La producción de Olivar de Segura se organiza a través de sus 12 almazaras, y es el principal pilar económico para la comarca rural en la que opera. Este modelo de trabajo promueve la solidaridad conjunta entre sus miembros y motiva la profesionalidad de todos sus integrantes.
Las cooperativas aplican una serie de principios y valores que nos convierten en el mejor modelo económico para conseguir una sociedad más justa y sostenible. Concretamente, porque estos valores se basan en la adopción de responsabilidades y la colaboración entre los socios sin discriminación, con una organización democrática y bajo los principios de igualdad, equidad y solidaridad.
