Filloas receta
Gran parte de la cocina gallega de invierno está ligada a la matanza del cerdo, allá en San Martín, que nos proporciona un producto variado para todo el año. Pero además de este valor seguro, tenemos una excelente materia prima de temporada por tierra, mar (y río) y aire, para hacer recetas que siempre triunfan. He aquí algunos clásicos de la temporada:
El clásico, según Cunqueiro, es el que llena tres cuencos: uno con cerdo, otro con pollo y carne fresca, y otro con patatas, chorizo y verduras. Aunque el número de fuentes se amplía según los gustos. Antiguamente, es bien sabido que la patata, aunque muy nuestra, es relativamente reciente, se acompañaba de castañas cocidas. A los buenos guisos, de esos que necesitan horas de antelación para aprovecharlos al máximo, los llamaban “guisos de clérigo”.
Una depuración del cocido es el lacón con grelos, que se ha convertido en un plato típico en sí mismo: lacón. grelos, patatas y embutidos. Y, como siempre, añadido al gusto. El cocido y el lacón van casi siempre precedidos de la sabrosa sopa de cocido, ya que estas sabrosas aguas de la esencia de la cocina no pueden faltar.
Crepes
“Nadie que disfrute comiendo puede pensar en Galicia sin pensar primero en los placeres de su cocina”, escribió Gabriel García Márquez, cuyo pan de la abuela gallega, jamones curados y conversaciones solitarias con fantasmas imprimieron en su mente una región que nunca había visto ni conocido.
Márquez, nacido y criado en Colombia, no es el único que se ha visto ensombrecido por la lluviosa tierra celta de sus antepasados. Los platos gallegos (y los fantasmas) están entre los más viajados del mundo, llevados a Latinoamérica y a toda Europa por uno de cada tres gallegos y sus familias que desde el siglo XVII han emigrado de su tierra natal en busca de trabajo. En Noiteboa, o Nochebuena, cuando se hace la primera de media docena de grandes comidas festivas en Galicia, muchas familias rezan una oración por los que acompañan a la familia en espíritu: los defuntinos y los emigrados.
¿Y de qué hablarían los emigrados, de primera o incluso tercera generación, en los días de fiesta, lejos en sus nuevas patrias? “Para mí…”, escribió Márquez -tercera generación- “la nostalgia de Galicia había empezado con la comida incluso antes de estar allí”. Su nostalgia era por el sabor del jamón, el lacón, comido con grelos; pero también podía ser por el chorizo y la morcilla, laboriosamente elaborados y colgados de las vigas tras la matanza del cerdo en diciembre; las filloas, finas tortitas que se comen con azúcar; o el aguardiente, calentado con limón y azúcar para hacer la queimada, que se servía del flambeador en pequeñas tazas de barro.
Filloas gallegas
¿Se celebra el Día de las Tortitas? Las tortitas se celebran el Martes de Carnaval (este año es el 17 de febrero), también conocido como Mardi Gras o, en España, Carnaval. Comer panqueques el día antes del comienzo de la Cuaresma no es sólo una costumbre en Inglaterra, sino también en Galicia (noroeste de España).
2 onzas de avellanas1 ½ tazas de almendras molidas½ taza de mantequilla, ablandada1 cucharada de brandy + más para flambear ¼ taza + ½ cucharada de azúcar1 cucharadita de canela molidaEsparcir las avellanas en una bandeja de horno y tostarlas en un horno medio precalentado hasta que estén ligeramente doradas. Retirarlas y, cuando estén lo suficientemente frías como para manejarlas, quitarles la piel. Moler las avellanas en un procesador de alimentos. Combinarlas con las almendras molidas. En un bol, batir la mantequilla hasta que esté esponjosa. Reservar 2 cucharadas de los frutos secos molidos y mezclar el resto en la mantequilla con 1 cucharada de brandy y ¼ de taza de azúcar.
Torrijas
SI VA A VIAJAR A LAS ISLAS DE CÍES O A LA ISLA DE ONS A PARTIR DE PASCUA Y EL 15 DE MAYO (EXCEPTO CAMPESINOS), antes de comprar el billete, deberá obtener la autorización solicitada por La Xunta de Galicia, en la que le facilitarán el pre-código -reserva (necesario para adquirir el billete de barco).
La gastronomía gallega, con su gran tradición y abundancia de variedad, es uno de los aspectos más importantes de la cultura y la sociedad gallegas. ¿Qué familia gallega no ha celebrado nunca una fiesta? Ya sea en verano, en invierno o en primavera. Tienen una forma muy característica de entender la cocina, que la ha situado entre las más populares de España, gracias a su calidad y sencillez.
El caldo gallego lleva grelos, nabos, cachelos o patatas cocidas, berza o col blanca, alubias blancas, grasa de cerdo e ingredientes adicionales que pueden ser panceta, chorizo o lacón. Todo ello se hierve con huesos de vacuno y, al final, se añade aceite de oliva.
Una de las mejores cosas de esta receta es que hay infinitas posibilidades, siempre te encontrarás con diferentes versiones. Es una masa parecida al pan, hecha con harina, manteca de cerdo, levadura, huevos, vino blanco, aceite de oliva, agua y sal.