Receta de pesto con piñones

Receta de pesto con nueces

El pesto (italiano: [ˈpesto], ligur: [ˈpestu]), o Pesto alla Genovese (en inglés: Genoese Pesto); (pronunciación italiana: [ˈpesto alla dʒenoveːse, -eːze]) para referirse al plato original, es una salsa originaria de Génova, la capital de Liguria, Italia. [1] Tradicionalmente se compone de ajo machacado, piñones europeos, sal gruesa, hojas de albahaca y queso duro como el Parmigiano-Reggiano (también conocido como queso parmesano) o el Pecorino Sardo (queso de leche de oveja), todo ello mezclado con aceite de oliva[2].

En sentido estricto, el pesto es un término genérico para todo lo que se elabora machacando; por eso la palabra se utiliza para varios pestos en Italia. No obstante, el pesto alla genovese (“pesto genovés”) sigue siendo el más popular en Italia y en el resto del mundo[5].

Se cree que el pesto tiene dos predecesores en la antigüedad, que se remontan a la época romana. Los antiguos romanos consumían una pasta similar llamada moretum, que se elaboraba machacando juntos ajo, sal, queso, hierbas, aceite de oliva y vinagre (y a veces piñones)[1][6] El uso de esta pasta en la cocina romana se menciona en el Apéndice Vergiliana, una antigua colección de poemas en la que el autor detalla la preparación del moretum. [6] Durante la Edad Media, una salsa popular en la cocina genovesa era la agliata, que consistía básicamente en un puré de ajo y nueces, ya que el ajo era un alimento básico en la alimentación de los ligures, especialmente para los marineros[1].

Pasta al pesto

Una de las cosas que más me gustan del verano es la abundancia de hierbas frescas que hay en la puerta de mi casa. Las hierbas frescas hacen que cualquier comida sea instantáneamente más sabrosa y hermosa. Lo que más me gusta hacer con todas esas hierbas frescas (aparte de espolvorearlas sobre todo) es hacer pesto. Es especialmente bueno para cocinar en verano. Me gusta ponerlo en las verduras asadas, en la pasta, en los espaguetis, en las ensaladas, en los huevos, en el pan tostado, en la pizza, en los sándwiches… ya te haces una idea. Con sólo unos pocos pasos, convierte cualquier cosa en una sabrosa comida instantánea, tanto si te apetece cocinar como si no.

El pesto tradicional es una mezcla de albahaca fresca, ajo, piñones, aceite de oliva virgen extra y queso parmesano. Con un procesador de alimentos, se prepara en pocos pasos:

¡Eso es todo! Es realmente sencillo de hacer, y es fácil de variar según la temporada o tu estado de ánimo. Se conserva unos días en un recipiente hermético en la nevera, aunque su superficie puede empezar a dorarse. Por ello, es mejor cubrir el pesto con una fina capa de plástico o un chorrito extra de aceite antes de cerrar el recipiente. Así se mantendrá fresco y verde.

Pesto sin piñones

La albahaca es una hierba muy aromática y un poco da para mucho. Puede suavizar un poco el pesto sustituyendo la mitad de la albahaca por hojas frescas de espinaca. El pesto se mantendrá más fácilmente de color verde intenso y el sabor de la albahaca se mantendrá, aunque no tan fuerte.

Si quieres congelar el pesto, omite el queso (no se congela bien). Forre una bandeja de cubitos de hielo con papel de plástico y rellene cada cubito con la salsa de pesto. Congela y luego sácalo de la bandeja de hielo y guárdalo en una bolsa con cierre para congelar. Cuando quiera utilizarla, descongele y añada el parmesano o romano rallado.

Originario de Génova, Italia, el pesto debe su nombre a la palabra italiana “pestare”, que significa “aplastar o machacar”. Durante cientos de años, el pesto se elaboraba machacando los ingredientes en un mortero. Se remonta a la época romana, cuando los genoveses machacaban las nueces con hierbas y ajo.

Ahora, la variedad más popular de pesto se hace “machacando” albahaca, ajo, piñones, aceite de oliva y un poco de queso duro en un procesador de alimentos o una batidora, pero hay muchas variedades de pesto, como el de tomates secos o el de col rizada. Es divertido utilizar un mortero, pero la forma moderna es mucho más fácil.

Receta de pasta al pesto

El pesto es uno de esos aditamentos audaces y llenos de sabor que fácilmente pueden opacar ingredientes más delicados, pero también es delicioso por esa misma razón. Quizá sea el brillo de la albahaca o alguna asociación de la infancia que no recuerdo, pero siempre me recuerda a la primavera y al verano. Me encanta mezclarla con los fideos al vapor y cubrirla con piñones tostados para darle un toque crujiente y de frutos secos a una comida rápida y sencilla.

Para ahorrar tiempo, compré pesto de albahaca, pero se puede hacer fácilmente el propio. Yo añadí tomates y gambas para completar este plato, pero puedes prescindir de ellos e intentar utilizar pollo o una versión vegetariana. Guarda un poco del agua de cocción de la pasta por si quieres aflojar la salsa si te parece que está seca. Yo sólo utilicé un cuarto de taza de agua, pero yo experimentaría añadiendo un poco cada vez y mezclando hasta que alcance la consistencia que te guste.

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