Blog Olla-podrida
¡Hola queridos lectores! Sé que ha pasado bastante tiempo desde la última vez que publiqué (casi tres meses ya… yikes), por lo que me disculpo sinceramente, pero he estado viajando a algunos lugares increíbles y aprendiendo mucha información nueva y genial que compartiré con todos vosotros en las próximas semanas.
De los viajes que he realizado en las últimas semanas, hoy quiero hablaros de uno en particular: mi viaje a Burgos. Esta antigua ciudad es la capital de la provincia de Burgos, así como una de las ciudades más importantes en la larga historia de la región de Castilla y León (aquí tenéis un mapa para que os hagáis una idea de dónde se encuentra) y de España en general. (Pronto podrá leer más sobre ella en la sección de viajes más arriba). Como muchas otras ciudades españolas, Burgos ha visto su parte justa de gobernantes musulmanes y cristianos; conquistadores y soldados británicos, franceses y romanos que han pisado sus colinas; por no hablar de los antiguos homínidos que caminaron por sus llanuras cubiertas de hierba. Pero para mí, Burgos se distingue de otras ciudades españolas por la forma en que lleva su historia milenaria: vayas donde vayas en esta ciudad, puedes ver las capas de su pasado. En ese sentido, Burgos ofrece mucho al visitante medio. Es básicamente un microcosmos de toda la historia de España en un solo lugar.
Receta de olla podrida
La olla podrida es otro guiso español de alubias y cerdo. Como dice la cita de Wikipedia, el nombre se traduce literalmente como “olla podrida” o “olla estropeada”, pero la palabra podrida es probablemente una corrupción de poderida, que significa poderosa, lo que se ve como una referencia al hecho de que había que ser rico para permitirse toda la carne que va en el guiso.
Varios de los blogs que miré buscando recetas hacían referencia al Quijote de Cervantes. Hace muchos años que mi familia leyó el Quijote como cuento para dormir, y desde luego no recuerdo las referencias a la olla podrida, en la que Sancho ve una olla burbujeando en el fuego y dice “Aquel plato grande que está humeando más allá,… me parece que es una olla podrida, y de la diversidad de cosas que hay en las tales ollas, no puedo dejar de encender algo sabroso y bueno para mí”. Casi me pregunto, dada la reputación de Sancho como un campesino atrasado, si Cervantes haciendo una broma al hacerle usar la palabra equivocada para el plato empezó todo el asunto de la “olla podrida”. Sospecho que si ese fuera realmente el inicio, aparecería de forma destacada en el artículo de la Wikipedia y en otros lugares. Parece que el nombre está documentado más allá de Cervantes.
Olio
La “olla podrida” es uno de los platos más típicos de la gastronomía de Castilla y León, concretamente de la provincia de Burgos. En otras zonas, el ingrediente principal de este plato son los garbanzos. Sin embargo, en Burgos es típico utilizar la alubia roja de Ibeas de Juarros. Se trata de una variedad autóctona que crece cerca de los yacimientos de Atapuerca. El plato se basa en los guisos tradicionales españoles y se elabora con diferentes carnes.
Hay muchas teorías sobre el origen del nombre de este plato. Sin embargo, para los burgaleses, el término “podrida” proviene de “poderida”, que significa “el que puede, el que es rico y tiene medios”. Aunque originalmente este plato era consumido por gente adinerada, su receta se popularizó y se adaptó a las posibilidades de cada familia.
Una vez que todos los ingredientes están tiernos, se sacan del caldo y se reservan. Añadir las judías al agua de cocción y cocerlas a fuego medio. Cuando el agua rompa a hervir, debe seguir cociendo durante 30-40 minutos.
Olla podrida lawrenceville
La tradición de la “cuchara” en España alcanza niveles de maestría, pero también de diversidad. Estos platos se basan en la unión de diferentes ingredientes que se cocinan con agua a fuego lento. En Burgos, el cocido mantiene su antigua denominación de “Olla podrida” entendida como una olla enriquecida con carnes, legumbres, sobre todo garbanzos, aunque en algunos casos las alubias son grandes protagonistas, y verduras. A partir del siglo XIX se recogen diferentes recetas de cocidos que se adaptan a las condiciones productivas y sociales de cada territorio.